Es difícil que se pierda una partida cuando llevas de mano un póquer servido. Si te rodeas de los mejores,
el resultado de la actuación tiene que ser entre bueno y superior. Y a El Pele
le acompañaron, como artistas invitados, David Dorantes, Farruquito, La Moneta,
el violín de Bernardo Parrilla... y las guitarras de Manuel Silveria y Niño
Seve. Hasta en el acompañamiento había nivelón, con El Rubio de Pruna Encarna Anillo, que cantaron a duo la balada
"El alma".. ¡Menudo cartel!
El Pele es largo en cante y también en experiencias en escenarios:
ha cantado en los más importantes teatros, midiéndose con gigantes y hasta en
territorios impropios. Y ha ganado siempre. Él está especialmente orgulloso de
ser flamenco y de cantar flamenco, tanto que con David Bowie, uno de los
cantantes mundiales que lo llamó para ser su telonero, se puso ante ochenta mil
personas a cantar... ¡por tonás!
-. ¿No te dio inquietud, algo de miedo por cómo pudiera reaccionar
aquel público rockero?, le pregunté en una entrevista para la Radio, y me
contestó:
-. En absoluto. Yo estaba muy seguro de lo que hacía; yo
estoy muy seguro de lo que transmite el flamenco.
Ese es El Pele, y el flamenco es su vida y su razón de
ser. Lo dice siempre y parece ya un soniquete que le escuchamos, pero su
afirmación es auténtica: vive para el cante. A su casa van jóvenes artistas,
como en peregrinación, para preguntarle y aprender de este gurú, felizmente
rescatado de las diferentes garras que le han atenazado a lo largo de su
existencia. Triunfó en la Bienal de 2012 y comparecía ahora en el teatro
máximo, el Maestranza, acompañado por un puñado de primeras figuras. Lo peleó y
ganó.
Los espectáculos de flamenco hay que montarlos para
públicos heterogéneos, de gustos muy dispares, y que tengan tirón suficiente
para contentar a todos. La fórmula es cara, porque reunir a artistas de tanta
talla como los que él juntó anoche, es difícil. (Recordemos que Miguel Poveda fue artista invitado de Manuela Carrasco
recientemente y hubo sus dificultades para consumarlo).
¿Es este un modelo de espectáculo flamenco de éxito para
el futuro, con el veterano como figura e hilo conductor, arropado por jóvenes
estrellas? Importa saberlo, porque una fórmula de éxito vale su peso en oro,
bien lo sabemos quienes hemos trabajado en televisión... Pero es improbable.
Por costes, por agendas, por egos y por varias circunstancias más. De ahí que
convenga hacerle un recuadro especial en nuestra memoria a lo que vimos en
"Peleando y punto", porque fue excepcional,
Como excepcional es, hoy por hoy, la figura del cantaor
cordobés. ¿Cuántos quedan como él, con sus conocimientos, su largura, su compás, su eco, su transmisión...?
Así que El Pele se
dio un baño de cariño por parte de los grandes artistas que le acompañaron y
otro del público que le aprecia y lo valora. Besos y abrazos de afecto,
merecidos porque es una figura indiscutible, porque está recuperado y porque, salvo un ligero bajón en algún momento,
se rehízo pronto y volvió a transmitir con su cante, que es como un filo doliente, con esa voz
"de cobre viejo y fino instinto para el compás", que dijo de él
Agustín Gómez.
Por tonás comenzó su concierto. Al nivel que le
conocemos, que es el de mostrarnos los abismos y salir airosos y enriquecidos,
salvados por su poderío. Después, malagueña y abandolaos con el piano magistral
de David Dorantes; seguiriyas con la guitarra compañera y redonda de Manuel
Silveria; y tangos para que le bailara Farruquito, que estuvo
extraordinario, y la soleá apolá, que nos prende de sus giros y
nos emborracha de flamencura siempre; la zambra caracolera, con el baile racial
de ese cuerpo que emana temperamento por arrobas, que es La Moneta, ¡qué bien le bailó Fuensanta a su
cante!; y bulerías y fin de fiesta.... Todo
un espectáculo con El Pele peleando... y ganando.Redondo.
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