Con licencia y complicidad se podría decir que el primer gran festival
flamenco de Andalucía se celebra cada mes de enero en Nîmes. Cabe decirlo así porque,
en los territorios artísticos del
flamenco y los toros, la capital francesa del departamento de Gard es como una
más de las ciudades andaluzas. El Festival de Nîmes se ha convertido con el
transcurso de los años en un referente de solvencia y primer nivel, en una cita que buscan los aficionados al
flamenco provenientes no sólo de Francia, sino también desde otros muchos
puntos de Europa.
En Nîmes, pues, comienza la temporada flamenca de cada año desde hace veintiséis.
En 1990, fruto de la complicidad entre un gran aficionado andaluz de Jaén residente allí, Pepe Linares, y la
afición existente en la ciudad, se organizó un concurso de guitarra que al año
siguiente se convirtió ya en Festival de arte flamenco con representación de
cante, toque y baile. Desde entonces, la figura cordial y acogedora de Pepe
Linares, verdadero alma del festival, concita el afecto y el respeto de todos;
es un referente. A su figura la complementa
la experta e inestimable gestión de Patrick Bellito, acogedor, amigo de todos, seductor
y enamorado del flamenco al que dedica sus mejores esfuerzos seleccionando
espectáculos y artistas que sean del gusto tanto de los iniciados como del gran
público. Y todo un equipo dirigido por
François Noël que ha ido cimentando, a base de programaciones variadas y de
gran calidad, un festival modélico. Modélico por su organización y su carteles,
por el aprecio y el respeto con que son acogidos los artistas, por la
asistencia masiva de público y por la variedad de actividades que en cada
edición se desarrollan en torno a los
espectáculos (exposiciones, conferencias, proyecciones, mesas redondas, etc.). Y entre todas ellas, una actividad preciosa
que hay que valorar como de siembra, de inversión
en los futuros aficionados: los talleres de iniciación que se desarrollan durante
el festival en varios colegios e institutos de la ciudad para que los niños se
familiaricen con el arte flamenco.
Todo en la ciudad nimeña parece transpirar flamenco durante las dos
semanas que dura el festival; la presencia de sus reclamos en las calles es constante. De tal manera que
el visitante andaluz goza de una acogida ambiental en la que le es fácil tener
sensaciones de cercanía y complicidad. (Si no fuera por el frío habitual de
estas fechas, pocas cosas recuerdan al visitante andaluz que está en el
extranjero).
Paseando por las calles de su casco antiguo, camino del teatro
Bernadette Lafont o del Odeon, si uno se deja atraer por los ecos flamencos que
salen del café cantante, encontrará un
ambiente como los que sólo pueden recordar ya los aficionados más viejos en
nuestra tierra. Se tiene la impresión de haber retrocedido en el tiempo hasta
sumirse en la sociología flamenca de mediados del siglo pasado hacia atrás. A los
cafés y bares donde hay flamenco se
accede con dificultad, porque suelen estar llenos; en el interior nos reciben imágenes, nombres,
símbolos y referencias de nuestra cultura popular. Así es que Nîmes es, en
la práctica, tanto o más flamenca que la
mayor parte de nuestras ciudades, donde no es fácil encontrar cante fuera de
los teatros y las peñas.
Y al salir a la calle, prosiguiendo el camino, un cartel en la pared de
enfrente nos recuerda que estamos en territorio taurino. La rue des Patins se llama, desde 1990, calle Chamaco.
La tauromaquia tiene en Nîmes una presencia extraordinaria. En su coso del
Coliseo romano, el formidable anfiteatro que se ha mantenido superando los
avatares del tiempo, toreó José Tomás
después de un silencio de años, y me dijo Patrick Bellito que ese día la gente,
como sucede en ocasiones extraordinarias,
salió a la calle dando pases, toreando de salón. En esta plaza han
tomado la alternativa primeras figuras del toreo español. El Juli comenzó en ella
su andadura como torero. Es plaza del gusto de Ponce... Aquí venía Picasso a
ver corridas de toros. El diestro Nimeño, en bronce, despliega su capa en la explanada
de las Arennes.
Estas arenas han sido testigo de tantos acontecimientos, a lo largo de
la historia y desde que Nîmes era una importante ciudad romana, que sobrecoge el ánimo sentarse en sus gradas
e imaginar el murmullo de la gente, los gladiadores y las fieras en una cualquiera
de aquellas celebraciones. Una visita
guiada con audioguía en español, a la plaza o al museo de los luchadores
romanos, da una aproximación impactante a aquel tiempo.
Los andaluces compartimos con Nîmes el pasado y la vocación romana. Una
muestra magníficamente conservada es la Maison Carreè, donde es habitual
proyectar exposiciones de fotografías y pinturas de contenido flamenco que
durante las horas nocturnas ofrecen a los viandantes colecciones de arte
iluminado francamente espectaculares.
La presencia de la cultura del toro está por doquier. Desde el Espacio Pablo Romero a los reclamos
de la cartelería de comercios y mobiliario urbano. Y lo mismo ocurre con el
flamenco, que está presente también en tiendas de moda, instituto de belleza
con nombre andaluz y otros establecimientos y academias.
Por el Festival de Nîmes han pasado, durante este ya largo cuarto de
siglo, las primeras figuras del cante, el toque y el baile. Juan Peña El
Lebrijano, Arcángel, Argentina, Marina Heredia, José de la Tomasa, Carmen
Linares, Rocío Márquez, El Cabrero..; los bailaores Israel Galván, Eva la
Yerbabuena, Rocio Molina, Andrés Marín..; guitarristas como Gerardo Núñez, Tomatito,
Vicente Amigo, Manolo Franco, Paco Jarana ..; y los desaparecidos Camarón (su
penúltima actuación ante el público fue en Nîmes), el guitarrista Moraito,
Agujetas, Enrique Morente... Una nómina de lo más relevante.
Este año, el Festival se celebrará del 15 al 23 de este mes de enero. En
sus carteles figuran el Ballet andaluz, la Casa de Los Sordera. Miguel de Tena,
Andrés Marín, David Lagos, Cañizares, Patricia Guerrero, Pepe Fernández, José
Angel Carmona y Miguel Poveda.
Nîmes volverá a ser catedral del flamenco, un mérito ganado con los años y el buen
hacer. Es un modelo de festival del que
tendrían que aprender algunos de los que se celebran en nuestra tierra.
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